Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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viernes, 13 de junio de 2014

' EL BARRIO PICHINCHA



"En 1901 acontecen circunstancias que quedarán ligadas al desarrollo posterior de las activi­dades prostibularias. Ocurre entonces que al intendente Luis lamas, mostrándose preocupado por las condiciones sanitarias de ciertos grupos poblacionales del municipio, resuelve proceder a su higienización. Queda incluido en este plan el llamado barrio Súnchales, donde abunda gran cantidad de viviendas de condiciones sumamente precarias con gran riesgo de transmisión de enfermedades epidémicas Casillas de lata, algunas de maderas y lona, y los característicos ranchos de barro y paja son evacuados prontamente obligando a sus moradores, sin recurrirá la violencia, a trasladarse hacia otros sitios más saludables y amplios.
La zona en cuestión quedaba comprendida por las calles Salta; el bulevar Santafesino - hoy Oroño -; el bulevar Timbúes - hoy Avda. Francia -, y la Avda. Wheelwright, sobre el paredón del Ferrocarnl Central Argentino y su estación Rosario Norte, conocida por Súnchales desde que fuera inaugurada la línea que iba, precisamente, desde Rosario a la localidad de Súnchales, en la provincia de Santa Fe.
Fue así que por carácter transitivo, esta zona o barriada pasó a denominarse Súnchales y sería el límite del otro barrio que, debido a la influencia de una de sus calles de mayor renombre prostibulario, pasaría a llamarse Pichincha, cuyo radio fuera calle La Plata - hoy Ov. Lagos -, Salta, Av. Francia y Güemes. Con el nombre de este barrio quedaría definitivamente identifica­da la historia del quehacer proxenetista de nuestro país.
De tal suerte se habían dado las cosas, que en la zona primitiva sólo quedaron algunas pocas casas, las de más sólida y reciente construcción, procediéndose a la demolición del resto de las precarias moradas, ya deshabitadas, y a la limpieza de los terrenos desocupados. Así, más o me­nos, con algunas edificaciones nuevas que se fueron agregando a las que habían quedado en pie, siguió el desarrollo de aquel barrio apartado, lindante con plantaciones de perales y otras quintas; hasta que en 1911 da comienzo otra historia que cambiaría definitivamente la cara de aquellas manzanas casi baldías.
Sería a consecuencia de innumerables quejas vecinales de la llamada Sección Cuarta, que el municipio designa una comisión para el estudio y proyecto de modificaciones de las disposi­ciones vigentes referidas al funcionamiento de las casas de tolerancia, para mejor adecuación a las exigencias del momento. Estas se elevarían al Consejo Deliberante con las siguientes consideraciones:
"... las reclamaciones interpuestas ante el señor Jefe Político del Departamento, por los vecinos de las calles Moreno y Jujuy y sus inmediaciones, relativas a la existencia de casas de tolerancia en esos barrios, en razón de su densidad de población y ser tránsito obligado para las estaciones de ferrocarriles y paseos públicos del municipio", a lo que se agrega que los vecinos "... reclaman con urgencia su retiro de ese paraje, consultando las medidas de moralidad, higiene y orden público, a la par que el asombroso crecimiento de la población y progre­sos urbanos"4.
Por lo que se resuelve una nueva delimitación con dos zonas, una cercana al río comprendi­da por las calles Alem e Ituzaingó, y la otra próxima a la estación ferroviaria comprendida por las calles Pichincha y Suipacha a partir de Salta y hasta la estación. En los articulados se establecía un plazo de ocho meses para el traslado de todos los prostíbulos que no estuvieran comprendi­dos en las nuevas zonas permitidas, plazo que luego fue prorrogándose con la anuencia de las autoridades que hacían "la vista gorda" atados por compromisos políticos.
El éxodo resultaría lento y así el barrio de Sunchales iba ganando poco a poco nuevos veci­nos y nueva fama, hasta que el progreso adquiría un incremento inusitado hacia fines de 1919 y comienzos de 1920, cuando hacen su aparición casi masivamente, cuadrillas de obreros de la construcción, que con un ritmo poco menos que febril levantan nuevos edificios destinados al placer. La Municipalidad asimismo se moviliza e instala una moderna iluminación pública en toda esa pequeña barriada, que da a la zona apariencias festivas.
El barrio Súnchales cambia su fisonomía, se engalana con los modernos edificios y el adelan­to urbanístico, y los lupanares hacen su agosto distribuidos principalmente por las calles Suipa­cha y Pichincha - hoy Richeri -, y las transversales: Güemes, Brown y Jujuy. Según testimonia Jozamis, nada menos que ochenta casas públicas embellecían al barrio Súnchales, siendo a nuestro juicio un número exagerado.
Pero el cambio no es sólo edilicio, ahora esas calles se pueblan de un gentío mixturado, cosmopolita, y al pequeño barrio empieza a conocérsele por Pichincha, cuya nombre perdura­rá por casi 20 años de vida desenfrenada y licenciosa."
NOTA
4         Digesto Municipal de Ordenanzas, ele. de la Municipalidad de Rosario, provincia de Santa Fe, Año 1911.



Fuente: Fragmento extraído de Libro “Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997.