Escudo de la ciudad

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El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

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lunes, 8 de febrero de 2016

El Asilo Francisco Javier Correa



Por Lorena Ratner*
La idea de escribir este artículo surge a partir de una donación anónima realizada al Archivo de Fotografía de la Escuela Superior de Museologia. Entre las más de trecientas piezas fotográficas donadas, en diferen­tes soportes (vidrio, papel, y negativos flexibles), se encontraron muchas per­tenecientes a la construcción del asilo Francisco Javier Correa, hoy Colegio Santísimo Rosario, ubicado en la zona sur de nuestra ciudad.

Para la década de 1910, época de la crea­ción de esta institución, nuestro país se encontraba transitando una etapa de reorganización nacional, que había co­menzado varias décadas atrás, marca­da por el flujo migratorio y todos los cambios aparejados a nivel económico, laboral y sobretodo social. En este mar­co, uno de los tantos fenómenos socia­les que se produce es el asociacionismo, caracterizado por la generación de la­zos de solidaridad tanto entre pares como para garantizar el cuidado y la contención de aquellos sectores más desprotegidos por el Estado.

Es así que hacia fines del siglo XIX fue­ron surgiendo distintas instituciones en las cuales se plasmaban estas nuevas expresiones de unión y fraternidad, en pos de un objetivo común. Abarcaban distintos fines, asociaciones mutualis-tas, clubes sociales, deportivos, logias, grupos de inmigrantes y sociedades de beneficencia, entre otras. Estas últi­mas, en particular, tenían como misión primera, la asistencia a los enfermos, desprotegidos y marginados de la so­ciedad. Quienes se encargaban de liderar estas asociaciones benéficas, eran en general las mujeres. Por un lado, las damas pertenecientes a los secto­res sociales más acomodados, y por el otro, las hermanas que conformaban las congregaciones religiosas. De este modo, estas mujeres no sólo cumplían una función de ayuda social y de cari­dad, sino que al mismo tiempo se ha­cían partícipes activas en una sociedad típicamente masculina. Dentro de este contexto se enmarcan los comienzos de la construcción del asilo.

Creado en el año 1909, se genera en primer lugar a partir de una congre­gación religiosa, la Congregación de Dominicas de Tucumán, logrando más tarde, el apoyo económico del Es­tado y de la comunidad. La principal benefactora de la institución fue Clara Alberdi, viuda de Correa.

Bien podemos decir entonces, que la concresión de la obra del asilo-escuela, se produce gracias a un esfuerzo tri partito. Aunque el impulso inicial par la creación de la institución, parte d la congregación religiosa, para pode llegar a efectivizarse, se vale asimismo del apoyo económico del Estado, más  el aporte de las damas benefactoras de la ciudad de Rosario.

La Congregación de Dominicas de Tucumán surgió en 1887 como iniciativa de un grupo de mujeres que se solida­rizaron con las víctimas de la epidemia de cólera de 1886, creando el primer asilo de Huérfanos de la provincia. A partir de allí, se comenzaron a estable­cer filiales en otras ciudades. En Rosa­rio, en 1909 se crea el Asilo-Escuela Santísimo Rosario que a partir de 1924 pasará a denominarse Francisco Javier Correa, debido a la donación del nuevo edificio de la Av. Arijón 423, que Clara Alberdi de Correa realizara en memoria de su esposo.



El proyectista del colegio fue el Ing. Juan de la C. Puig y el constructor original fue Segundo Taina en el año 1909. Luego se le hicieron modificaciones  de gran envergadura en el año 1922 por José Grondona, parte de ese trabajo es el que retratan las imágenes donadas. En este edificio se alojaban las hermanas de la congregación y las niñas huérfanas, y luego se incorporó la condición de pupilas y medio pupi­las para las alumnas del colegio. En un principio la escuela funcionó con tan solo siete aulas, pero desde el origen contó con comedor para el alumnado. Años más tarde, los dormitorios co­rrespondientes al asilo se transforma­ron en aulas.

Parte del conjunto de fotografías do­nadas son retratos de diferentes épo­cas de la familia Grondona-Marelli, de trayectoria destacada en la historia de la arquitectura rosarina, y siempre rela­cionados, sobretodo Valentín y Andrés Grondona, a las obras de carácter reli­gioso. Los Grondona han participado en la Del conjunto de documentación gráfi­ca, destacan los detalles y la minuciosidad con la que se registró cada etapa constructiva del edificio entre los años 1922 y 1924. Asimismo muchas de las tomas se centran más en el trabajo de los obreros, que en las cuestiones téc­nicas, logrando plasmar la cotidianeidad de ese sector social a principios del siglo XX. ■
* Lic. en Antropología. Archivo de Fotografía. E.S.M. Secretaría de Cultura y Educación. Municipali­dad de Rosario.



Bibliografía

Dalla Corte. Gabriela y Piacenza, Paola. A l puertas del hogar. Madres, niños, y damas caridad en el Hogar de Huérfanos de Rosar (1870-1920). Prohistoria. Rosario, 2006.

Fernández, Sandra .Cap.  I. Las formas sociabilidad en Santa Fe. En: Sandra R. Fernández. Nueva Historia de Santa Fe. Tomo 7  Sociabilidad, corporaciones, institución (1860-1930). Prohistoria. Rosario. 2006.

Fernández. Sandra y Galassi, Gisela. Cap. En unión y fraternidad. En: Sandra R. Fernández. Nueva Historia de Santa Fe. Tomo 7 Sociabilidad, corporaciones, instituciones (186 1930). Prohistoria. Rosario. 2006.

Fernández, Sandra y Folquer, Cynthia. Sociabilidad y política en Rosario. El surgimiento asilo Francisco Javier Correa. Rosario, 19

En: Caretta, Gabriela y Zacea, Isabel. Derrot ros en la construcción de religiosidades. Sujetos, instituciones y poder en Sudamérica, siglos XVII al XX.

Ulloque, Marcelo. Asilar a las niñas. La cor1 trucción de un espacio de género (Rosario 1935-1955). Prohistoria. Rosario, 2011.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”, Fascículo N • 144 de Setiembre de 2015