Escudo de la ciudad

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El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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jueves, 8 de septiembre de 2016

ENTRE GARDEL Y EVITA



Por Héctor N. Zinni

Antes de continuar con el sintético relato de la vida de Agustín Magaldi, donde el lector habrá de encontrar interesantes revelaciones, considero oportuno transcribir la entrevista que el conductor del programa radial Héctor Larrea realizara para su programa "Rapidísimo", en el meis de mayo de 1995 y por Radio "El Mundo", a un sobreviviente de gran importancia en la vida de Carlos Gardel como es el director de cine Eduardo Morera. Al filo de los 90 años de edad, su testimonio ayuda a fijar con bastante precisión el momento que vive en Buenos Aires Carlos Gardel, en aquellos dramáticos años 30.

Larrea: ¿Gardel fue quien hizo el primer corto sonoro?
Morera: Con Gardel no pasaba nada acá, Gardel se impuso con una situación que es larga de contar, que Canaro...
Larrea: Eso es indiscutible, Morera. Hay diversas opiniones, eso de que "no pasaba nada" es una opinión.
Morera: No... si hay documentación.           .
Larrea: Hay otras opiniones. Si como cantante "no pasaba nada" no hubiera habido la cantidad de grabaciones que existen.
Morera: El éxito de Gardel fue la sugestión de estar en París. Si Gardel se hubiera quedado acá, pasa lo de siempre: "no, qué va a cantar bien si vive a la vuelta de mi casa, lo veo todos los días a este coso, no?" Gardel tuvo sugestión para la gente snob: "Ay, en París como gusta, como interesa". Porque acá nunca se consagra nada, acá se consagran las cosa (sic) del exterior...
Larrea: Morera, perdóneme, perdóneme. Usted me merece la mayor consideración y por eso me gusta conversar con usted...
Morera: No es falta de respeto a Gardel, eh?
Larrea: No es posible que no tenga éxito una persona que desde el año 17 graba lo que graba Gardel. Si no tiene éxito no graba.
Morera: Yo no puedo competir con usted que es un técnico de la grabación. Yo le digo que se hizo en el Teatro Nacional una obraque se llamó De Gabino a Gardel para un mes y a los seis días tuvo que bajar de cartel.
Larrea: Pero eso es mucho más adelante, Morera. Eso ha sido muy conversado, muy circunstancial. Además, a (hirdel se lo podía ver ahí, que era caro y se lo podía ver simultáneamente en salas de barrio. Pero está bien, supongamos, Gardel.,.
Morera: Usted esta equivocado, en salas de barrio no estaba Gardel en ese momento. Estaba El Príncipe no sé cuento.., pero Gardel no, discúlpeme.
Larrea: Esta bien, admito lo que usted me dice: Gardel no tenía éxito...
Morera: No se vendía, que era distinto.

Cuidar el cartel
Larrea: ¿Cómo?
Morera: No se vendía Gardol acá.
Larrea: ¿Cómo, no se vendía?
Morera: Quiero decir que no tenía contrato para actuación.
Larrea: ¿No lo contrataban a Gardel en el 30?
Morera: No, señor.
Larrea: Ajá, ¿y entonces?
Morera: Yo iba a hacer peliculas cortas. Contraté a Azucena Maizani, contraté a Armany - Cóspito, a Canaro... paro hacer esas películas cortas que hoy son los videoclips tan originales en este momento. Y entonces durante una comida en el Stud donde iba siempre Razzano, que era mi amigo, me lo mostró a Gardel diciéndome: "Este es el cantor que en París hizo roncha". "Aahh". "¿ No te gustaría hacer una película con él?"Digo: "Con este no hago una, hago ¿os películas", por lo gordo que estaba. Nos reimos. Nos volvimos a encontrar y me dice otra vez Razzano: "Este en París esta gustando mucho, y le digo: "Ah, pero yo también lo escucho acá, no? No tendrá la misma trascendencia acá, pero canta muy bien. Yo no tengo una calidad de critico para anali,orlo, pero a mi me gusta como canta".
Larrea: ¿Estaba Gardel ahí?
Morera: Sí, nos pusimos a conversar un poco y él entonces dijo que bajaría de peso. Se comprometió a rebajar de peso, que tenía 114 kilos (sic, y entonces me dice: "Morera, vos crees que esas películas, ensayando, van a salir bien? Porque yo tengo un cartel que cuidar y si las hago y salen mal...". Le digo: "Miré, no te voy a mentir a vos, ni voy a jugar tu prestigio en un ensayo. Lo voy a ensayar esto con cualquiera y si sale bien te llamo y lo podemos hacer..." A los dos días me llama para tomar un café y yo me dije: ".!,Será para pedirme disculpas por decirme todo eso?"

Razzano era la sombra

Larrea: Gardel aún no había hecho películas sonoras, era natural que desconfiara, máxime que aquí el sistema sonoro no existía.
Morera: Me dice: "Miré Morera, anoche tuve un diálogo extenso con mi almohada, y he llegado a la convicción de que mi cuna artística es la Argentina". Le respondí: "Yo me juego con vos, Gardel, pero ¡miré que esto es un peligro...!", fue mi advertencia al final. "Lo que fuere - contestó - porque estoy cansado de la influencia del cine extranjero que nos está imponiendo costumbres como modalidades ajenas a través de la expresión, de la imagen".
Larrea: ¿Así, le dijo?
Morera: Yo puedo asegurarle a usted, Larrea, que Gardel jugó su prestigio para iniciar el cine sonoro en Argentina y por ende en América Latina. Esto no es recordado por la gente de cine y por eso yo los critico siempre. El gobierno puso una placa en la calle Méjico 1232 con esos conceptos.
Larrea: Y cómo siguió la cosa?
Morera: A Gardel, que no quería hacer cine porque era reacio en esto, lo tuve que llevar a la Asociación Cristiana de Jóvenes y entonces, con un músico que tocaba el piano le dábamos el ritmo, y así empezamos. A la noche había que tirar la manga para ver quién se sacrificaba en caminar con él 30 cuadras por el Balneario Municipal haciendo footing. Se imagina que nosotros no queríamos rebajar de peso... él sí, no?
Larrea: Me gustaría, señor Morera, saliendo de la anécdota, que fuéramos directamente a la grabación de los temas, ¿quién los seleccionó? Me gustaría saber esto con preguntas puntuales.
Morera: Quien seleccionó los temas no fue él, fue Razzano. Razzano era el conductor y, sobre todo, porque estaba acoplado a ello un pardo cosas...

El autor y el intérprete

Larrea: ¿En el año 30, Razzano le seleccionaba el repertorio a Gardel?...
Morera Razzano es el hombre que lo hizo a Gardel en venta. Ningún producto por bueno que sea tiene éxito si no tiene un buen vendedor y Razzano era el que le firmaba los contratos de las actuaciones y de los discos, todo, era el hacedor de él e inclusive me lo trajo a hacer cine cuando Gardel era reacio para eso. Aclaro que me lo trajeron Razzano y Leguisamo, a quienes estoy agradecido... Bueno, como le decía, tuvimos que acondicionar dos cosas: la primera que la letra estuviera ajustada al movimiento de él, porque como no era actor... Si usted ve la película Viejo Smocking... me parece que me dijo que la vio...
Larrea: Yo tengo varias copias.
Morera: ... vera que hay un movimiento muy natural de él. ¿Porqué? Porque acoplamos la letra al movimiento de él, que yo a veces veo películas de Gardel donde lo noto preocupado en dónde ponerse las manos. El éxito mío en esa película es a raíz de eso. La segunda parte de esto es que queríamos condicionar que en cada canción estuviera el autor. Entonces ajustamos la selección de canciones a los protagonistas, de ahí que lo tenemos a Enrique Discépolo hablando con Gardel, quien le canta yira, yira, a Arturo de Nava, de quien Gardel canta El carretero, a Celedonio Flores en Mano a mano por Gardel, lo tenemos a Canaro exaltando al Cine Argentino, que va a contribuir a la difusión del tango en todo el mundo, y otros personajes más... Estoy oyendo una pregunta suya...

Cantor de cuarto de baño
Larrea: No, no, no, continúe, continúe...
Morera: Bueno, y esa fue una lucha... El no quería, estaba un poco reacio, porque era mucho sacrificio hacer lo que hicimos.
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Larrea: Tomo nota de opiniones suyas que me parecen concluyentes e importantes y que son nuevas para lo que se conoce de Gardel. Que Razzano le seleccionaba el repertorio, para mi es francamente nuevo.
Morera: Señor, le voy a decir una cosa más importante todavía. Para mí el hacedor del hecho de Gardel se debe a José Razzano. Gardel era muy bohemio y Razzano era un profesional. Que después hubo una situación incómoda entre ellos también es cierto. Y hay una cosa que recién usted no me aceptó y la voy a aclarar. Cuando Razzano se peleó con Gardel, por razones obvias...
Larrea: No, lo que yo no acepté es que Gardel en el 30 no tenía éxito. Es lo único que no
acepté. No que no acepté, estaba dispuesto a conversado. Pero lo demás, dejo que usted opine...
Morera: Mire, yo nunca digo una cosa que no esté documentada.
Larrea: Es medito para mi lo que usted me dice, simplemente.
Morera: Realmente, vuelvo a repetirle que para mí Razzano... Tal es así qué cuando Gardel se peleó con Razzano fue cuando éste le pidió a Gardel hacer un par de discos para ganarse unos pesos porque andaba muy mal, y Gardel le dijo: "No, sos un cantor de cuarto de baño.., ni insistas con eso". Entonces fue cuando el pobre Razzano, cuya mujer tenía que lavar ropa para ganarse la vida, lo vio al apoderado de Gardel y le compró los derechos de los discos que se los vendieron muy baratos a Razzano. Fueron a verlo a Yankelevich que tenía Radio Nacional, porque usted sabe que antes Belgrano se llamaba Nacional, y Yankelevich, según Razzano me dijo, le expresó: "No, no, dejame de esto, no es negocio... Pero, un momentito - dice - vos estás en SADAIC?" "Si". "Bueno, yo tengo un problema bastante grave con SADAIC. Decile a Canaro que vea ese asunto y te los paso".
Lucha y grandeza

Larrea: Perdón, ¿qué no era negocio?
Morera: Gardel no era negocio.
Larrea: ¿En qué año?
Morera: En esa época.
Larrea:¿Qué año, más o menos? Morera: Es... 31, más o menos.
Larrea: En el 31.
Morera: Sí.
Larrea: ¿Quién dijo? ¿Yankelevich dio que no era negocio?
Morera: Me dijo Razzano que Yankelevich dijo eso y agregó: "Vos que estás en SADAIC, arreglame el problema que tengo allí y te voy a pasar los discos". Y fue Razzano a ver a Canaro que era presidente y arreglaron el problema. Quedó a un peso la pasada de discos. Señor, eso se lo aseguro a usted y no tengo porque hacerme cartel yo con eso, no? Y si tuviese que hacérmelo tampoco lo diría porque yo no soy vanidoso de nada, soy un hombre documentado que ha vivido eso. He vivido la lucha para poder imponerlo a Gardel, con su tísico, con todo y la lucha que tenía con él, hasta que se vio en cine y le entró la vanidad.
Larrea: No tiene poco mérito usted: haber impuesto a Gardel, señor Morera, no?
Morera: No. La lucha me lleva a decir que Gardel es alguien en cine a raíz del señor Razzano y del señor Leguisamo. Además hay una cosa muy importante que le quiero decir: Yo quiero hablar de Gardel como ser humano, no como artista. Quién era Gardel en la amistad, quién era Gardel en la gauchada, la nobleza que tenía. Un hombre que iba a cantar a los cines llenos y cuando salía se encontraba con un público afuera que no había podido entrar por razones económicas, no se qué, y él se subía arriba del auto para cantarle a la gente. Ciertas cosas hacen a la simpatia de la gente, así Gardel se entró a formar...
Larrea: Señor Morera, el caso es que se editan los cortos por primera vez, para venta, no?
Morera: Se estrenó la primera película que se llamaba Viejo Smocking, donde él hace un pseudo actor porque recién se iniciaba, con la película de Chaplin Luces de la ciudad. Larrea: Muy bien, le agradezco mucho que nos haya visitado esta mañana. Fue el señor Eduardo Morera, director de los cortos famosos de Gardel del año 1930. Muchas gracias, señor Morera, tenga usted buenos días'.

Volvamos a 1934, Enrique Santos Discépolo ha terminado de escribir el tango Cambalache, que estrenará Sofía Bozán al año siguiente en el Teatro Maipo. "En una colección de Sintonía, "el magazine de los astros y las estrellas" - escribe Tomás Eloy Martínez - que había sido la lectura preferida de Evita, encontró una noticia que me intrigó. Aludía a los proyectos de las grandes figuras de la radio para fines de 1934:
"El hombre de la suerte eterna, Mario Pugliese (Cariño), sale de gira con su orquesta bufa por la provincia de Buenos Aires. El 3 y 4 de noviembre actuará en Chivilcoy, el 5 en Nueve de Julio, el 10 y el 11 en Junín. Se anticipa teatro lleno en las dos últimas ciudades, porque allí Los Bohemios de Cariño compartirán el borcieró con el impagable dúo Magaldi - Nada".
"No era preciso ser sagaz para deducir que, en aquella gira, Magaldi había conocido a Evita y que tal vez Cariño presenció la escena. Lo que faltaba establecer era la veracidad del encuentro. Yo siempre había desconfiado - sigue diciendo Martínez en su obra Santa Evita -, me parecía inverosímil que un ídolo de la canción popular sobre el que se abalanzaban raudales de mujeres, hubiera introducido en las radios de Buenos Aires a una provincianita de quince años, ignorante y poco agraciada.
"En 1934, Evita estaba lejos de ser Evita. Magaldi, en cambio, conocía una fama sólo comparable a la de Gardel... Tenía una cara melancólica y una voz tan dolorida y sentimental que el público abandonaba sus recitales secándose las lágrimas. Mientras el repertorio de Gardel abundaba en amores contrariados, madres suf rientes e historias de derrotas, el de Magaldi condenaba las trampas de los políticos y exaltaba a los trabajadores y a los humildes.
"No sólo en eso su figura armonizaba a la perfección con la de Evita. Era también
un hombre apasionado y generoso. Ganaba más de diez mil pesos mensuales, que era dinero de sobra para comprar un palacio, y ni siquiera tenía casa propia. Mantenía sin lujos a la madre y a seis hermanos ya grandes. Algunas revistas insitían en que el dinero se le iba en ayudar a los presos y a los huérfanos. Otras insinuaban que lo perdía en los casinos y en las mesas de póker.
"Era el príncipe azul de los años treinta. Las primas de Evita, que vivían entonces en Los Toldos, han contado que dormían abrazadas a la foto de Magaldi como si fuera el ángel de la guarda. Si alguien quería redondear la leyenda de Evita adjudicándole un romance de juventud que estuviera a la altura de Perón - "el hombre de mi vida" -, no iba a encontrar a nadie más adecuado que Magaldi. Esa exageración del azar era lo
que me inducía a desconfiar.
"Los historiadores adictos a Evita siempre han creído, sin embargo, que Ella viajó sola a Buenos Aires, con el permiso de la madre. "Esa versión es más provinciana y más normal", supone Fermín Chávez, uno de los devotos. Y la hermana de Evita, Erminda, se indigna ante la sola idea de que Magaldi - o cualquier otro - la hubieran atraído más que la paz y la felicidad del hogar materno: ",Quién desde su árida mezquindad señaló que habías abandonado tu casa? ¡Qué desatino la suposición de que nos habías dejado así, intempestivamente!2.
"- Y del asunto con Eva Duarte, que sabe usted?
- Bueno, empezaré por decirle que la familia de Magaldi era muy reservada, como creo que se lo señalé en otro momento. Yo era amigo de Emilio y él hablaba poco. Tal vez tendrían que haber sido más dados todos ellos para que las cosas de Magaldi llegaran al conocimiento del pueblo con más veracidad. Me dijo Roberto Casinelli 3 "A ver si le hacemos algo a Magaldi", y yo fui un nexo, fui un puente para que Emilio le contara cosas y prestara fotos, y Roberto pudiera publicar esa hermosa historia que salió en la revista Cantando. Lo mismo que Héctor Marcó que escribió tantas cosas con Magaldi, una vez le saqué un cassette que no sé como me lo pasó...
- Marcó, que era Marcolongo de apellido verdadero.
- Eso, Marcolongo. El me decía que cuando Magaldi murió parecía que a los que estaban con él se les había acabado el mundo. "Magaldi- comentaba -parecía un ser de otro planeta, tenía un ángel especial' Yeso, dicho por un autor de primera, es mucho decir. Entonces, un día hablando con Emilio Magaldi le pregunto:
"Cómo es la verdadera historia, don Emilio, de Agustín con Eva?" "Miré, me dijo, se dijeron y se dicen muchas cosas. Yo te voy acontar/a que sé. Agustín fue a cantara Junín. Los contratos se los hacía todos yo, ahí los tengo si los querés ver..." Bueno, la historia está un poco relacionada con esta que recogió Tomás Eloy Martínez de labios de Mario Pugliese, Cariño, referente a la comida, a doña Juana...
- ¿Entonces Emilio Magaldi, el hermano de Agustín, confirmó el relato que, a posteriori, recogió Eloy Martínez?
- Bueno, lo que no pasó es que, según Emilio,ella vivió con él. Ojo que Emilio murió hace mucho, y el testimonio de Cariño es más reciente. Emilio me contó que cuando Magaldi pegaba el retorno a Buenos Aires, doña Juana le había dicho: "Mire que mi hija tiene inquietudes artísticas y un día piensa viajara Buenos Aires. De a la Capital, va conmigo. ¿Tendría inconveniente en que lo fuéramos a ver?" "No", contestó Magaldi, de ninguna manera' Y le dejó la dirección, él vivía en la calle Yerbal. Y así fue. Emilio me dijo que el rol de Agustín era presentarle a la Eva, a fulano, a mengano y a zutano. Entre las personas que le presentó Magaldi habría estado Pierina Dealessi, la italiana con quien se hicieron muy amigas.
- Sí, eso lo sabía contar Pierina Dealessi cuando recordaba que Eva era una muchacha flaquita y casi transparente y cuando la visitaba en el camarín ella, la gringa, le daba té con leche.
- Contaba Emilio que había salido en una revista que la gauchada que le había hecho Magaldi a la Eva, ésta la había pagado con su cuerpo. Con Juanita Larrauri pasó una cosa parecida. Magaldi la presentó en el ambiente y después se hablaba de amoríos y qué se yo. Ella después se casó con Francisco Rotundo y fue diputada por el peronismo.
- Y muy amiga de Evita también.
- Claro. Yo le puedo contar a usted el caso del pibe, o sea Agustín Magaldi, hijo. Perón se cansó de invitarlo al pibe, porque Perón no sabía nada del antecedente de Eva con Magaldi (sic). Lo invitaba a él y a la mamá y no fueron nunca a la residencia presidencial. Yo le pregunté "Cómo no fueron?" Y me dijo que no les daba por ir. Ellos eran así, no estaban en la pomposidad" 4

NOTAS:
1 Grabación obtenida por Francisco José Uhaldi en su domicilio de Avda. Francia 2243. Rosario.
2 Tomás Eloy Martínez, Santa Evita. Ed. Planeta, col. Biblioteca del Sur, Bs. As., 1995.
3 Roberto Casinelli (Roberto De Wilde Casinelli). Periodista, comentarista radial, autor nacido en Buenos Aires el 15/2/1921 y fallecido en la misma ciudad el 16/6/1995. Fue Secretario de Redacción de la revista Cantando, junto a Raúl Outeda. Realizó famosos concursos de tango que, al llevarse a cabo en todos los barrios porteños, le valió el sobrenombre de Robertango Casinelli. Ya en 1944 su nombre había alcanzado notoriedad al ser convoc-ido como jurado del certámen Selección Federal Argentina. Realizó investigaciones sobre la trayectoria de algunas orquestas  cantores, entre ellosAgustín Magaldi, que fueron publicadas en la revista Cantando yen contratapas de discos larga duración.
El 20/5/1974 le fue entregado el Premio Martin Fierro por APTRA, como distinción por su programa Tangos elegidos para usted que se transmitía diariamente por Radio del Plata. De su producción como letrista, que no fue escasa, se pueden rescatado marinero y Estrella, don tangos realizados en colaboración con Cholo Hernández. Desde la prensa escrita, el micrófono y la televisión, su palabra y su imágen lograron acceder al reconocimiento y al afecto de varios sectores de público de ambas márgenes del Plata. Y. Gaspar Astarita. Un recuerdo para Roberto Casinelli. en Tango y Lunfardo, Nro. 114. Chivilcoy (Bs.As.). 16/3/1996.
4 Testimonio de Eduardo Buratti, rosarino, nacido en 1930, admirador de Magaldi, gestor del monumento a la memoria del cantor en Rosario, integrante de la comisión que trasladó los restos del cantor en el cementerio de la Chacarifa en 1951, desde el panteón de SADAIC hasta la sepultura definitiva coronada por una réplica en bronce de la vera efigie de La voz Sentimental de Buenos Aires, en dicha necrópolis. Buratti, que ha sido íntimo amigoy representante de Agustín Magaldi hijo es, además comentarista de tangos y difusor de la obra magaldia na en programas radiales rosarinos junto a Gerardo Quilici y Raúl Mendoza, entre otros. Entrevista realizada el 29/3/1996 en Librería Argentina, Maipú 1455. Rosario.


Fuente: extraído de Libro “Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997