Escudo de la ciudad

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El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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martes, 8 de noviembre de 2016

LOS CINCO GRANDES

Por Jorge Brisaboa



River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo. Los cinco grandes del fútbol argentino.

Desde el comienzo del profesionalismo en 1931 el poder económico les había permitido a estos clubes de Buenos Aires adquirir los mejores futbolistas y ser bende­cidos por las manos de los arbitros que pitaban a su favor. Y entre ellos se daba la puja en los campeonatos. Esta constante se repetirá hasta 1967, en que Estudiantes de la Plata quebrará la seguidilla de 36 años de títulos repartidos entre los cinco grandes.

Desde Buenos Aires se seguía con atención el fútbol rosarino. Hasta que a media­dos de 1936 los dirigentes porteños pensaron que no bastaba con comprarles jugado­res a Newell's y Central (lahistórica delantera de Cagnotti, Gómez, Guzmán, Potro y García había sido desmantelada por el peso del dinero), sino que se los podía integrar.

Se los invitó a un torneo nocturno con lo mejor del fútbol rioplatense. Central debía enfrentar al River de Peucelle, Bernabé Ferreyra, Moreno, Pedernera; al Boca de Varallo y Cherro; al Racing de Scopelli y el "Chueco" García; al Independiente de Sastre y Erico; al San Lorenzo de Guaico y Cantelli. Y también a los uruguayos Peñarol y Nacional. Y, como siempre, a Newell's.

Central fue tercero. Independiente logró el campeonato y San Lorenzo el subcampeonato. Se instaló entre los grandes.

Paralelamente el equipo, del que emergía la figura de Alfredo Fogel, volvía a obtener los títulos rosarinos en los años 36 y 37, y era requerido para realizar giras internacionales. Los chilenos conocerían las virtudes del famoso "fútbol rosarino" a través de los muchachos con camiseta azul y amarilla.

Pero la crisis seguía haciendo estragos en el país y especialmente en los sectores populares que daban vida al fútbol de la ciudad. El correlato era la merma de especta­dores a las canchas, por lo que la Liga Rosarina resolvió bajar el precio de las entra­das, con lo que los clubes -y especialmente Central- tuvieron un fuerte sacudón: los asociados se borraban porque les convenía pagar solamente el ingreso como no socio en cada partido.

A punto de cumplir los 50 años, Rosario Central ya estaba mezclado entre los grandes pero padeciendo -junto a su sostén, la gente de trabajo- la crisis del 30.


Fuente: Artículo Publicado en el libro “ De Rosario y de Central , Autor: Jorge Brisaboa Impreso en Noviembre 1996 por la Editorial Homo Sapiens.